Cuando oímos hablar de energia vital universal puede parecer que intentan tomarnos el pelo, o en el mejor de los casos nos puede sonar como algo místico, desconocido y curioso.

        Alguien dijo en una ocasión que somos polvo de estrellas, basándose en el hecho de que, al igual que el resto del universo, estamos compuestos por el mismo tipo de materia y átomos que se generan en estos astros, debido a las reacciones nucleares que en ellos tienen lugar.

        Yo me pregunto si además de los átomos conocidos podrían existir otros diferentes.
        El ser humano, haciendo uso de la tecnología consigue isótopos, de hecho tipos de materia anteriormente no existentes, pienso que si las estrellas no estallasen como supernovas o se colapsasen, dando lugar a agujeros negros, podrían muy bien seguir creando nuevos materiales cada vez más pesados y hasta ahora inexistentes.

        Como demostró Einstein la energía es materia y la materia es energía, sólo las diferencia su modo de expresarse, de hecho podríamos decir que todo en el universo es energía, y que ésta puede mostrarse de muy diferentes formas.

        La electricidad y el calor son formas puras de energía que, pueden medirse y manipularse sin demasiados problemas, el magnetismo ya me resulta más extraño, ¿tiene unidades de medida?, ¿se puede manipular y transportar como otro tipo de energía?
         Sabemos que un imán tiene campos de fuerza, medibles en términos de fuerza de atracción o repulsión, y que estos fenómenos pueden crearse a partir de la energía eléctrica y viceversa, pero hasta la fecha nadie ha sabido darme una explicación clara de qué es en si mismo el magnetismo o de porqué existe de modo natural en la naturaleza.

        Conocemos sus efectos, cómo provocarlos y utilizarlos, pero no sabemos que es, ni porqué funciona y, ¡NADIE NIEGA SU EXISTENCIA!.
        También tenemos la fuerza electromagnética, gracias a ella existen las ondas de radio que nos permiten comunicarnos y las microondas que nos calientan la comida, pero lo más curioso es que, el electromagnetismo es una combinación de electricidad y de magnetismo con propiedades muy diferentes a las que tienen por separado estos dos tipos de energía.

        La pregunta del millón sería: ¿puede existir algún tipo de energía genuina, o que sea la combinación de otras, y que no seamos capaces de medir o manipular con precisión?
        De hecho personalmente creo que es muy posible y que el universo es demasiado grande para permitirnos el lujo de negar la existencia de todo aquello que desconocemos.

        El cuerpo humano es una maravillosa máquina en la que continuamente están teniendo lugar procesos bioquímicos que generan calor, electricidad, magnetismo... y que combinados entre sí pueden dar lugar a algún tipo de "energía vital", (o quizás esta energía es la causa de dichos procesos), que también existe en todo aquello que nos rodea y que interactúa con el resto del universo.
        Gracias a este tipo de energía pueden darse fenómenos como el de la curación por imposición de manos, el shiatsu, o la acupuntura que manipulan puntos en el cuerpo humano, supuestamente relacionados con la energía vital que en él se mueve, o podemos llegar a ver cómo algunos practicantes de yoga o de artes marciales son capaces de realizar proezas físicas que dejan perplejos a quienes no conocen las técnicas utilizadas para conseguirlo.

        La energía vital, (ki, en japonés), existe y está ahí para quien quiera conocerla y tenga las suficientes ganas como para entrenar su cuerpo y su mente para llegar a utilizarla, pues como con todas las cosas de este mundo, hay que realizar una inversión de esfuerzo y dedicación antes de obtener unos mínimos resultados.

        Los textos japoneses y chinos, directos herederos de las enseñanzas hindúes y tibetanas, nos han dejado constancia de toda una serie de teorías que explican el origen de la energía vital (ki) y cómo fluye a través de todos los seres animados e inanimados.
         Partiendo de estas teorías, se han desarrollado técnicas como la acupuntura, para manipular el ki en los cuerpos de personas y animales, o como el Feng-Shui que estudia el fluir del ki a nuestro alrededor, y que es utilizado, por ejemplo, para determinar la orientación y posición de edificios, y de los elementos de su interior, para vivir de un modo más armónico con las fuerzas que nos rodean, las cuales se ven modificadas por cursos subterráneos de agua, yacimientos geológicos, campos electromagnéticos de líneas de alta tensión, etc. etc.

        Supuestamente, existe un constante fluir de energía vital (ki) entre el cielo y la tierra. Este Ki nos atraviesa entrando en nuestro organismo por la parte más alta de nuestro cráneo, fluyendo a través de un canal central de energía, paralelo a la columna vertebral, y saliendo por la planta de los pies.
        De este canal central de energía parten otros canales, o meridianos secundarios, que distribuyen el Ki por todo el cuerpo. Uno de estos meridianos parte desde la zona perineal, pasa por el pubis y asciende por la parte delantera del cuerpo, para ir a encontrarse con el canal principal en la parte más alta del cráneo.
        Mediante determinadas técnicas, se puede conseguir que el flujo energético, en vez de seguir hacia las piernas y los pies, se desvíe hacia este canal, creando de este modo un circuito cerrado que, provocando una especie de retroalimentación, hace que el cuerpo se recargue de ki.
        Este ki bloqueado, como si fuese una corriente de agua, busca el camino más fácil para salir del cuerpo y esta vía de salida se halla a través de los brazos y las palmas de las manos, donde se hallan alojados unos chacras, o puntos energéticos de gran intensidad.

        Es de éste modo, tan sencillo, y tan árduo de conseguir al mismo tiempo, como se le puede dar a la energía vital una utilidad práctica de un modo intensivo.