MITOS Y LEYENDAS ALREDEDOR DEL REIKI
En este capítulo presento la versión oficial de la historia del Reiki y nuevos datos que cambian la idea que ha predominado en Estados Unidos acerca de Milao Usui y los orígenes del sistema. Son mis traducciones de artículos publicados en Internet, a los que puedes acceder por medio de sus direcciones Web. Los puntos de vista de los autores que he traducido no coinciden necesariamente con los míos, tal como he expuesto en este manual. Conviene usar el discernimiento para distinguir los hechos o nuevas evidencias surgidas de las opiniones y juicios de los articulistas. De cualquier forma creo que ya es hora de que haya transparencia y amplia comunicación en la transmisión de lo que es un valioso tesoro de la medicina espiritual tradicional. Cada uno debe informarse tanto como pueda, pero sobre todo basarse en su experiencia y práctica, la que le guiará intuitivamente y de corazón por su único e individual camino de realización y felicidad.
HISTORIA DEL REIKI
Por David Herron
El Reiki tiene una historia de algún modo única. Los muchos libros sobre Reiki dan historias parecidas sobre el Reiki, y así las sumario abajo. No pretendo ser una autoridad en "La historia del Reiki". En lugar de emplear mucho tiempo discutiendo el pasado y el camino exacto por el que el Reiki llegó a nosotros, me parece más fructífero usar la energía y experimentar la verdad de la realidad más amplia de todo cuanto es. Esto no significa que la historia carezca de importancia, pues como seres humanos tendemos a reaccionar basados en el pasado.
Todas las historias sobre el Reiki vienen de relatos verbales pasados por la Sra. Takata, con poca o ninguna evidencia del Reiki anterior a la Segunda Guerra Mundial restante en Japón, para el conocimiento de la mayoría de los practicantes de Reiki. Esta falta de documentación es discutida en "Reiki Esencial" de Diane Stein, y con otra visión es ofrecida en "Reiki, el toque curativo: manual de primer y segundo grado" de William L. Rand, del Centro para el Entrenamiento Reiki (http://www.reiki.org). La carencia de evidencias abre camino al escepticismo. Por ejemplo, los registros de admisión en la Universidad de Loyolla deberían reflejar al Dr. Usui, si él estuvo de hecho allí, aunque William Rand afirma que tal investigación resultó estéril.
Con raíces en Japón antes de la Segunda Guerra Mundial, no es sorprendente que algunos documentos se perdieran. Aparentemente, los sobrevivientes del Dr. Hayashi perdieron durante la guerra los recursos que les permitirían continuar con la clínica que él fundó y quizás dejaron de practicar Reiki. Si no fuera porque la Sra. Takata aprendió Reiki antes de la guerra y lo trajo a América, esta técnica curativa se podría muy bien haber perdido para el mundo. Esta manera inconveniente de salvar el Reiki quizás hizo que se perdieran valiosas memorias, conocimientos y la continuidad que hubiera tenido el linaje de no haberse abierto paso a través de una sola persona. Sólo podemos esperar que la práctica, el estudio y la intuición traigan de vuelta cualquier pérdida de conocimientos y prácticas.
El conocimiento perdido, particularmente la prueba que sostenga la siguiente historia, hace surgir el posible escepticismo. Todavía el Reiki habla por sí mismo en cada uso. La energía es real y fácilmente experimentable. Una vez que uno ha experimentado la energía, particularmente si uno es un practicante Reiki iniciado, está siempre ahí y fácilmente demuestra su verdad. Cualquiera que sea la verdad y la realidad de las afirmaciones en la historia que sigue a continuación, la habilidad para llevar a cabo el Reiki tan fácilmente viene de alguna parte.
Reiki es una palabra japonesa significando "Fuerza Universal de Vida". El "Ki" es la misma palabra que el Chi o el Qi, el término chino para la energía que subyace en todo. Reiki es un sistema para canalizar esa energía hacia alguien para el propósito de la curación. Fue descubierto por el Dr. Usui a finales del siglo diecinueve, un profesor o quizás un decano de una escuela cristiana en Japón.
El Dr. Usui era un monje cristiano en Japón, aunque japonés. Era el cabeza de la Escuela de Chicos Cristianos en Japón. Un día alguno de sus estudiantes le preguntó si creía en los milagros que Jesús hizo (resucitar a los difuntos, etc.). Siendo un monje cristiano respondió: "Sí". Ellos le preguntaron si sabía cómo Jesús los hacía. "No", contestó él.
En estas que se decidió a encontrar la manera en que Jesús curaba. Esto inmediatamente le puso en una búsqueda de muchos años. Primero estudiando en las escuelas cristianas de los Estados Unidos, donde seguir aprendiendo sobre Jesús, pero sin resultados. En las escuelas cristianas el método era desconocido.
Se le sugirió que estudiara las escrituras budistas, puesto que el Buda mismo también sanaba. Esto le tomó más años de estudios en monasterios de Oriente. En ninguna parte pudo encontrar las respuestas. En Japón recorrió todos los monasterios preguntando por cómo Jesús o el Buda sanaban. En cada uno los monjes dijeron que estaban más interesados en el bienestar espiritual que en el físico. En un pequeño monasterio encontró una antigua escritura sánscrita del Tíbet. Después de unos años más de estudio, sintió que había llegado a una comprensión y que para ir más lejos requería meditar profundamente. Declaró a los monjes de ese monasterio su intención de ayunar y meditar durante 21 días en un monte cercano y que si él no volvía deberían ir a buscar su cuerpo fallecido.
Se fue a la montaña y juntó 21 piedras con las cuales contar los días. Cada día daba la vuelta a una piedra y así contaba el tiempo. En el día número 21 nada había sucedido cuando le dio la vuelta a la piedra y se dijo, "Bien, esta es la cosa, o consigo la respuesta hoy o no la consigo". En ese momento en el horizonte pudo ver una bola de luz avanzando hacia él. El primer instinto fue de apartarse de su dirección, pero se dio cuenta de que eso podía ser justamente lo que había estado esperando, así que dejó que le diera justo en la cara. En el momento que le golpeó fue raptado en un trance y se le mostraron burbujas de todos los colores del arco iris en las cuales estaban los símbolos del Reiki, los mismísimos símbolos de las escrituras tibetanas que estaba estudiando pero que había sido incapaz de comprender. Ahora que los volvía a mirar, había una total comprensión.
Al volver de esta experiencia comenzó a descender la montaña y fue, desde ese momento en adelante, capaz de curar. El primer día solamente ya sanó un dedo de su pie que estaba roto, su propia inanición, una muela enferma y la postración del Abad que lo tenía inválido. Estos se conocieron como sus primeros cuatro milagros.
Decidiendo que debía usar estas habilidades para ayudar a otros, pasó los siguientes siete años en la zona de mendigos de Tokyo sanando a los pobres y a los enfermos de allí, asistiéndoles para encontrar trabajo y elevándoles por encima de la pobreza. Después de los siete años comenzó a notar caras familiares, aquellas de quienes había curado anteriormente y que habían vuelto. Preguntándoles, estos se quejaron de que la vida fuera del arrabal era demasiado dura y que era mucho más fácil mendigar para vivir. Habían desperdiciado el don de la salud, como si no valiera nada, para volver al supuesto confort de la vida que conocían.
Esto le planteó a Usui un dilema y se volvió al monasterio. Allí se dio cuenta de que no les había enseñado gratitud junto con la sanación. De que se había enfocado en los trastornos físicos sin tratar con los asuntos espirituales. La gente no había comprendido el valor del don que les había hecho.
El Dr. Usui volvió al monasterio para seguir reflexionando y haciendo planes. Después de un tiempo en el monasterio llegó a una estrategia diferente. En este nuevo plan viajaría por todo el país, de pueblo en pueblo. En cada uno se situaría en un lugar público durante el día, sosteniendo una antorcha en alto. Cuando la gente le preguntara porqué estaba haciendo esa cosa tan loca, su respuesta sería que estaba buscando a los pocos interesados en mejorarse a sí mismos. De esta manera viajaría enseñando y curando, trabajando a la vez con la curación espiritual tanto como con la física.
Durante esos viajes se encontró con el Dr. Chujiro Hayashi, un comandante naval en la reserva. El provenía de una familia muy pudiente y educada. Se encontró con el Dr. Usui en el mercado sosteniendo una antorcha y anunciando su conferencia en un templo cercano.
El Dr. Hayashi quedó muy impresionado por la sinceridad y la convicción del Dr. Usui. Cuando éste le pidió que le acompañara en sus viajes, el Dr. Hayashi aceptó. Y viajaron enseñando y curando. Cuando el Dr. Usui falleció, el Dr. Hayashi se convirtió en el líder del Reiki.
El Dr. Hayashi abrió una clínica en Tokyo cerca del Palacio Imperial. Consistía en ocho camas en una habitación grande, y dos practicantes por paciente. Uno trataría la cabeza y el otro estaría a la derecha tratando la zona del estómago, luego ambos tratarían la espalda del paciente. Todo lo que los practicantes trabajaban aquí era en las sanaciones. También solían ir a las casas de la gente enferma a su llamada.
Para ser un practicante de Reiki en esa época uno tenía que ser aceptado por los maestros en la organización Reiki, y segundo tenía que prometer usar el Reiki cada día y hacerse voluntario algunas horas para practicar Reiki regularmente en la clínica.
Mi primer maestro Reiki, Fran Brown (uno de los 22 maestros de Takata) cree que el Dr. Hayashi desarrolló la práctica del tratamiento usando específicas posiciones de las manos sobre el cuerpo. Teniendo una formación militar, y por eso más organizada, el Dr. Hayashi habría preferido un método organizado de tratamiento. Además, un método organizado de emplazamientos manuales permite cubrir todo el cuerpo y sus órganos.
El Dr. Hayashi falleció el martes 10 de Mayo de 1940. Eso fue justo antes de la 2ª Guerra Mundial y estaba claro que Japón entraría en la guerra. Siendo un oficial en la reserva, el Dr. Hayashi sabía que sería llamado al deber y que eso le haría responsable de matar a mucha gente. Eso no lo quería hacer, así que determinó terminar con su vida. Además deseaba, y lo hizo, pasar el liderazgo del Reiki a la Sra. Takata (quizás porque ella no estaría en Japón y así estaría relativamente a salvo y capaz de continuar la práctica).
La Sra. Hawayo Takata nació en Hawai, en Kauai, en Navidades de 1900, de ascendencia japonesa. En los años treinta ella se fue a Japón a visitar a sus familiares, y a informarles de la muerte de su hermana. Mientras estaba allá se puso muy enferma y fue ingresada en un hospital. Los médicos iban a operarla, y mientras la preparaban escuchó una voz diciendo, "No tienes que pasar por esto, hay otra manera". Eventualmente saltó de la camilla preguntando, "¿Hay otra solución?". El médico tenía un pariente que había sido curado de disentería en la clínica del Dr. Hayashi y le sugirió a la Sra. Takata que hablara con su pariente. Este llevó a la Sra. Takata a la clínica y sus tratamientos comenzaron.
Después de ponerse bien, la Sra. Takata quiso aprender esto para sí misma. Sin embargo el Dr. Hayashi no estaba dispuesto a enseñarla, tanto porque era americana como por ser una mujer. Por las buenas artes del médico, la Sra. Takata fue capaz de convencer al Dr. Hayashi de que la instruyera en Reiki. Ese entrenamiento le tomó un año y la puso en lo que nosotros llamaríamos el grado segundo de Reiki (ella podía hacerlo todo excepto entrenar a otros practicantes).
Tras ese año volvió a Hawai. Allí ella aprendió también la lección de que el receptor valorara el recibir los tratamientos. Trató a un primo pero no le cobró, este primo no valoró los tratamientos y no se puso bien. Ella trató a otro pariente y esta vez le cobró, y este pariente permaneció bien. Así la tradición de cobrar por los tratamientos Reiki fue reforzada.
En Noviembre de 1936 el Dr. Hayashi vino a Hawai para dar unas charlas en promoción del Reiki. Durante este periodo entrenó a la Sra. Takata para enseñar Reiki, haciéndola así lo que llamaríamos maestra Reiki. A su retorno le pidió que viniera a verle cuando la llamara.
Tras un tiempo más, la 2ª Guerra Mundial estaba a punto de estallar, pues la parte en Europa ya había comenzado. El Dr. Hayashi apareció en sueños a la Sra. Takata pidiéndole que fuera a Japón. Ella lo hizo y se encontró con que el Dr. Hayashi había desempolvado su uniforme naval y estaba inquieto. Con la guerra a punto de extenderse él sabía que era cuestión de tiempo antes de que el Ejercito Naval lo sacara de su retiro y le pidiera realizar acciones que no era ya capaz de llevar a cabo debido a su desarrollo espiritual. En ese momento le pasó a la Sra. Takata el liderazgo del Reiki. Reunió a todos los maestros Reiki, y anunció a la Sra. Takata como la líder del Reiki, y entonces les hizo saber que mataría su cuerpo físico quemando tres vasos sanguíneos. En tanto seguía hablando y conferenciando esos vasos sanguíneos ardieron y murió.
La Sra. Takata volvió a Hawai y continuó usando y enseñando el Reiki. Eventualmente ella se trasladó a California, usando y enseñando Reiki también allí. Ella no enseñó a otros maestros hasta alrededor de 1970, y antes de su propia muerte en 1980 ella entrenó a 22 maestros Reiki.